El cacao, al igual que otros productos básicos comercializados en los mercados internacionales, experimentó variaciones significativas durante la pandemia. El consumo aumentó durante la pandemia, a pesar de que los mercados esperaban una contracción de la demanda por parte de los consumidores. El chocolate, uno de sus productos derivados, fue una excepción, ya que la demanda cayó con el cierre temporal de hoteles, restaurantes y aeropuertos. Al mismo tiempo, la cadena de comercialización del cacao se mantuvo activa, siendo 2020 un buen año en términos de producción y calidad. Los agricultores tuvieron la oportunidad de dedicarse a mejorar su proceso de producción, lo que les permitió conseguir granos de mayor calidad y, por tanto, un aumento de las exportaciones.