En América, la visión del cacao sostenible es cada vez más latente. Miles de personas están tomando conciencia del origen de los productos derivados del cacao, como el chocolate, observando cómo se produce y cómo puede afectar a las personas involucradas en el proceso de producción.
Es importante situar en el tiempo la palabra Sostenibilidad junto a Cacao teniendo en cuenta que hace más de 33 años la científica noruega Gro Harlem Brundtland informó a la ONU sobre el concepto de sostenibilidad que permitía la asociación de cultivos abriendo la puerta a un sistema de producción más ético y humano. Brundtland definió la sostenibilidad como el acto de satisfacer las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer los recursos de las generaciones futuras.
Muchos políticos y activistas medioambientales buscaron durante años una solución a los problemas que aquejan al medio ambiente, y en medio de esta ola de protestas y resoluciones, el cacao es uno de los pocos productos que se benefició de toda esta actividad. Todos estos esfuerzos que comenzaron con la Organización Mundial del Cacao y finalmente la Fundación Mundial del Cacao, han permitido que sea percibido como un producto sostenible dando al consumidor final la satisfacción de saber más que el precio, el envase, conocer su historia y todo lo que hay detrás.
En medio de todo esto, el objetivo a alcanzar en términos de sostenibilidad es resolver los problemas de estabilidad de precios que afectan a los productores locales. Los principales objetivos de una economía del cacao son aumentar los ingresos de las familias de las comunidades mediante la mejora de la eficiencia y la modernización de los cultivos.
Todo esto con el fin de promover una economía compatible con la protección del medio ambiente para mejorar la vida de todos los involucrados en el sector que tiene un impacto directo en la responsabilidad y la participación de las empresas.